En Chile la Constitución de 1980 dividía al país en trece regiones. Respecto al tema comunal en 1991, por la Ley Nº 19.097, se modificó la Constitución, estableciendo que la administración local de cada comuna o agrupación de comunas, cumplen con una municipalidad, liderada por el alcalde (máxima autoridad), y por el concejo comunal, y es así que desde el retorno de la democracia se han creando 11 nuevas comunas hasta la fecha. El 2007 se crearon 2 nuevas regiones: Arica y Parinacota, y la de Los Ríos. Respecto al caso de la Región de Valparaíso, el 30 de julio de 2007, se publicó la Ley Nº 20.193, que reformó la Constitución, estableciendo a la Isla de Pascua y al Archipiélago Juan Fernández, como territorios especiales. En 2009, se creó la provincia de MargaMarga, a partir de escisiones en las actuales provincias de Valparaíso y Quillota, entrando en vigor en marzo de 2010.
Actualmente se discute la viabilidad de aprobar la petición para que la localidad de Reñaca pase a tener la calidad de Comuna, pero es muy importante determinar la real sustentabilidad económica y social que conllevaría llevar a cabo el proyecto de comuna, para así determinar los costos que involucraría.
La creación de nuevos municipios, son parte del proceso descentralizador del Estado de Chile. Pero es importante antes de la creación determinar los parámetros bajo los cuales se pretende insertar la nueva comuna en el territorio, identificando claramente los requerimiento que esta implica y sus necesidades; como el transporte público, el ordenamiento territorial, la recolección de basura, etc. y por sobre todo asegurar que exista bajo la nueva administración la optimización y el manejo eficaz de los recursos públicos. Para logar los objetivos ya planteados es importante tener siempre presente que el elemento central es la sustentabilidad económica.
Por otro lado hay que decir que la atomización del territorio no asegura completamente que se produzca avanzar en la descentralización, más bien todo lo contrario, si no se generan planes de sustentabilidad económica permanentes y a largo plazo, las modificaciones a la división política y administrativa del país, no surtirían efecto, por lo que no se cumpliría el objetivo de descentralización. Por lo tanto solo se lograría con la atomización municipal elevar los índices de pobreza dividiendo socialmente cada vez más al territorio, y con ello incrementar la burocracia y el gasto público, aumento del déficit local, descoordinación urbanística, y dificultades para controlar y fiscalizar. Por lo tanto es evidente que la ley orgánica municipal requiere un reforma sustancial, y que la burocracia, está frenando nuestro desarrollo.
[1] Federico Arenas, Geógrafo UC y Doctor en Ciencias Económicas y Sociales, mención en Geografía, Universidad de Ginebra, Suiza. E. SUEÑOS PARA 2050, Revista Universitaria, Dossier, disponible en Word wide web: http://www.uc.cl/ru/96/html/dossier5.htm
Pero…
“¿Para qué queremos tener regiones en Chile o crear nuevas regiones? Sin duda ellas no han sido creadas ni lo son sólo con el fin de servir de unidades para la generación de estadísticas o para la destinación de fondos públicos. Se trata –a partir de la ley que dio origen a los Gore y les asignó funciones muy claras en materia de fomento productivo, desarrollo social y cultural y ordenamiento del territorio– de un traspaso de responsabilidades que permite acercar el gobierno a la gente e incorporar la diversidad geográfica del país de manera más efectiva que cuando el Estado central instala respuestas únicas en estas materias.”[1]
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